lunes, enero 29, 2007

Amordeceluloide

Ayer escribía en mi cuaderno:
¨Me siento como Amelie en la parte cuando no sabe que hacer, cuando llora y no entiende y siente que no puede lograr eso que quiere.
Pronto voy a estar lejos, si me lo propongo (como diría S.R.S.) voy a estarlo. pero eso tambien es un engaño: no se puede alejar del todo a lo que duele/ a lo que duele y no se entiende/ lo que está añi como una mera verdad ontológica pero que ni para la mente ni para el corazón tiene razón de ser. Yo no estoy hecha para melodramas. Sí, creo que este es un descubrimento, algo que madura por si solo pero que existió siempre, ahí, como una piedra en medio del pecho que no deja respirar, a veces. Una coraza demasiado grande para mi cuerpo cada vez más pequeño.
Y la vida que te toca ahí: justo donde más duele. Yo ya no sé si lo hace a propósito¨.
Ahora digo; quiero ser una historia con final felíz. Su pongamos, por ejemplo, que una mujer simbolize una historia o ficción, me gustaría ser una mezcla de Godard, Antonioni, Cassavettes, Won Kar Wai y Coppola. Una especie de melodrama cool, pero lo más importante es que no se sufra tanto (ni por amor ni por nada). Sino no vale.