viernes, julio 14, 2006

Hoy

Entré a la librería de Corrientes (más por cortumbre que por curiosidad) a dar la clásica vista rápida y apurada que no puedo reprimir ni omitir, aunque esté dentro del local solo unos pocos segundos.
A lado de la mesa de los clásicos unos apilados al mejor estilo libreríadeusados/ mesadelibrosdelaentradadePuán
justo al darme vuelta estaba ahí
El Decamerón
a 5$
esperándome
con dibujos en la tapa similares al de las historietas que me compraba mi padre en Parque los Andes
seguro era el mismo ilustrador
chicos y chicas de pelo azuloscuro (q simulaba ser negro), labios rojos y carnosos y ojos claros enormes
sweaters ajustados. todo muy setentoso.
conste que hasta hace muy poco no solía comprar libros, o pq estaban en mi casa o pq iba directo a las fotocopias, porq consideraba que eran caros o no tenía plata.
Pero gracias a Hugo Bauzá y a su prohibición de las fotocopias, recuperé el gusto a la biblioteca propia, a las librerías (sí, basta de Cefyl, de fotocopiadoras, aguanten las librerías de usados y las ediciones Libertador que aparte son lindas), y justamente el libro que compré debo leerlo para su materia.
Después pasé por el Rojas y, llendo para Pasteur, me acordé que no había nada para merendar y vi en una canasta un alfajor de algarroba (sí, soy re ¨naturista¨, mejor dicho vegetariana y macrobiótica) y una oferta de 2 Nugatón por un peso, que quedaron ahí para otra merienda.
Legué a casa a las 19:35 y merendé el alfajor con té.
No sé si alguna vez lo había dicho pero para mí la merienda es como un ritual, y no por tener que hacerlo siempre, sino porque es EL momento que inaugura una amistad (en el caso de estar con alguien, obvio). merendar es compartir un momento de placer, íntimo, casi como el desayuno, a diferencia de que desde mi punto de vista, este último es constitutivamente más individual y meditativo pq en ese momento uno se reencuentra con su realidad y con su cuerpo después de un tiempo en el cual estuvo en otros planos de conciencia, soñando o descansando. En cambio, la merienda tiene algo más social, por una mera cuestión horaria. De todos modos, hoy merendé sola. Y eso es cási como una meditación o como un sueño corto.